disfrutando el horizonte...

A lo largo de la vida, creamos pieza a pieza, un mecanismo de defensa, ponemos un ladrillito por aquí, otro por allá..Intentando defendernos del dolor, de las decepciones, de que los demás vean ese lado frágil que todos tenemos. Yo empecé a construir mi muro particular cuando tenía 4 o 5 años. Cuando comienzas a levantarlo, lo haces para protegerte, para que no te lleguen las cosas que dañan…y aunque eso no es así, siempre algo te resguarda ¿no? El problema es que ese muro, día a día, semana tras semana, año tras año, se yergue mas alto cada vez, y tu te vas haciendo muy pequeñito ante su majestuosidad. Un día te cansas de solo ver ladrillos, porque la luz no te llega, ni te llega el aire, no te llega el amor, ni te llega la belleza de las flores, ni la tibieza de un abrazo, no te llega la mirada dulce de un niño, ni la risa descontrolada de una noche entre amigos, no te llega la ternura de los demás, ni el amor cómplice, no sientes la magia del roce de la piel…Esos muros que levantas para protegerte, a su vez se alejan de lo maravilloso de la vida. No hay nada peor, que sentir que no sientes nada, eso embarga el alma de miedo, y los muros que tenias a tu alrededor, los tienes cercando tu corazón y te atrapan, te hacen esclavos del silencio y de la oscuridad.

Con el paso del tiempo, he aprendido, que prefiero reconocer que soy frágil, que hay días que me cuesta levantarme, que necesito una mano amiga para auxiliarme.

Con el paso del tiempo he aprendido, que prefiero arriesgarme a ser dañada, pero abrir mi corazón a las caricias que desnudan mi alma y mi cuerpo…

Con el paso del tiempo he aprendido, que quiero tener abiertos mis ojos a las cosas bellas que tengo a mi alcance, el sol, las nubes, las estrellas…aunque ello implique ver cosas que no me gustan.

Con el paso del tiempo, he aprendido, que hay tesoros preciosos que no compran el oro ni la plata, que puedo ser muy pobre, pero tener la cuenta bancaria llena…

Con el paso del tiempo, he aprendido, que los fallos de otros se quedan muy pequeños, cuando veo que quizás mañana sea tarde, para decir te quiero.

Con el paso del tiempo, he aprendido, que no hay mejor maquillaje, que el de mi sonrisa, que no quiero mascaras para ocultar nada…

Con el paso del tiempo he aprendido, que hoy es el mejor momento para decir lo siento, para perdonar, para amar, para ayudar, para disfrutar de las pequeñas cosas que al final, son las que dejan huellas en la vida…vivir con pasión minuto a minuto, esas pequeñas cosas, una vida abundante de ternura.